Hablaba una vez más y su voz se colaba en
mis oídos como un ruido insoportable. No la aguantaba más, esa voz se ha
convertido en algo insufrible. Y después de todo lo que ha hecho, viene de
buenas. ¿Perdona? Déjalo, ya no cuela. -No hagas como que no me oyes. +Sí te oí,
sólo estaba eligiendo ignorarte.
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